A bordo del Transiberiano

El punto de partida para la mayoría de los que realizan el transiberiano es por lo general San Petersburgo, aunque para esto no existen reglas.  Teniendo en cuenta que es la ruta ferroviaria más larga del mundo en pleno funcionamiento, tiene tres rutas principales.

Anatomía del Transiberiano

El primer tramo “conocido como “el Transiberiano”, hace un recorrido de 9.200 km entre Moscú y Vladivostok en seis días. El segundo tramo “el Transmanchuriano”, une las cuidades de Moscú y Pekín (sin pasar por Mongolia), 8.960 km en 6 días.

Finalmente, el tercer tramo el llamado “Transmongoliano”, hace el recorrido entre Moscú y Pekín, pero esta vez pasando por Ulan Bator, la capital de Mongolia, 7.621 km en 5 días. Mi grupo de viaje y yo optamos por la última opción, que nos daba la oportunidad de conocer estos tres países.

Billetes Transiberiano

No existe un billete que se denomine Transiberiano. Para viajar de Moscú a Pekín, puedes comprar un sólo billete, pero estarás seis días en el tren sin opción a bajarte. Si bajas en alguna ciudad y pierdes este tren, tendrás que comprar otro billete desde donde te encuentres. Por eso lo más recomendable es hacerlo por tramos, ir comprando los billetes de una ciudad a otra.

Nuestro viaje comenzó llegando a San Petersburgo desde Barcelona por avión, y desde allí fuimos comprando billetes de tren a las ciudades que queríamos visitar. No es obligatorio hacerlo desde Moscú, de hecho, puedes empezar tu viaje desde Praga, Berlín, Budapest, París, Helsinki o cualquier ciudad con la que puedas conectarte por ferrocarril hasta Moscú. Antes de embarcarnos en la aventura ferroviaria más grande de nuestras vidas, entramos a Rusia por su rincón más europeo, San Petersburgo.

Arquitectura religiosa en San Petersburgo

San Petersburgo, al igual que la mayoría de las ciudades de Rusia, sufrió una fiebre destructora de todo centro de culto durante la Unión Soviética. Declarada como estado laico desde su creación, el gobierno se dedicó en cuerpo y alma a “socializar” los centros de culto o sino a optar por su eliminación, sin distinción alguna por la importancia de los monumentos que se derribaron.  

En este post explico los casos de cuatro iglesias que sufrieron el abandono, saqueos, cambios de uso e incluso estuvieron a poco de ser destruidas, pero que tuvieron la suerte de seguir existiendo, edificios de un valor arquitectónico incalculable y que afortunadamente se han restaurado y han recuperado su gloria pasada.

La Catedral de San Isaac

Catedral San Isaac

Es la más importante de San Petersburgo. El proyecto del francés Auguste Montferrand toma su inspiración del Panteón de París, pero a pesar de su aspecto neoclásico, es un centro de culto ortodoxo. Cuenta con una altura de 101 metros lo que la que convierte en la tercera catedral más alta de Europa.

Al momento de su construcción en 1818, era ya la cuarta iglesia que se levantaba en el mismo sitio.  Las obras se prolongaron a lo largo de cuatro décadas y el arquitecto pasaría el resto de su vida en San Petersburgo terminando la obra. En 1928 fue cerrada al culto y tres años después reabierta como el “Museo del Ateísmo”, incluso se llegó a instalar un péndulo de Foucalt que cuelga desde lo alto de la cúpula central.

Actualmente sigue funcionando como Museo de la construcción de la Catedral, aunque aun se llevan a cabo algunas ceremonias religiosas en fechas específicas. Se puede hacer una visita completa o solamente visitar el tambor de la cúpula donde se puede apreciar una increíble vista de San Petersburgo

Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada

Esta iglesia de culto ortodoxo es otro de los grandes templos de San Petersburgo. La catedral fue construida imitando el estilo ruso antiguo de los siglos XV, XVI y XVII y es el único ejemplar de este estilo que aun permanece en la ciudad. Su aspecto más llamativo son los mosaicos y los revestimientos de ladrillo, cerámica de múltiples colores y mármol que recubren todas sus fachadas.

Resulta insólito que esta maravilla arquitectónica estuvo a punto de ser demolida en varias ocasiones durante la Unión Soviética, o bien con explosivos o porque inexplicablemente estaba en el trazado de una nueva avenida. Mientras se acrecentaba su abandono llegó a ser también almacén de objetos tan dispares como comida, decorados teatrales o cadáveres.

Su estado llegó a ser tan lamentable que su restauración tardó mas tiempo en realizarse de lo que duró su construcción. Actualmente es uno de los monumentos más visitados de Rusia y también funciona como museo, aunque al igual que la Catedral de San Isaac, aun se llevan a cabo ceremonias religiosas.

La Catedral de la Santa Trinidad

Patrimonio de la Humanidad desde 1990, está dotada de cinco cúpulas y cuatro pórticos de columnas corintias. Construida entre 1828 y 1835,  está incluida en el Centro histórico de San Petersburgo y forma una parte importante del perfil urbano de la ciudad, su cúpula central es visible a una distancia de veinte kilómetros. Al igual que sus otras compañeras sirvió de depósito y sufrió cantidad de saqueos para luego caer en abandono.

En agosto de 2006 mientras era objeto de un proyecto de restauración, sufrió un grave incendio que derribó dos de las cinco cúpulas, una de ellas la principal. Para el momento de mi visita cuatro años después, la cúpula central se encontraba ya en perfecto estado, aunque los trabajos de restauración aun persisten.

Templo de la Asunción

Esta iglesia ortodoxa de estilo Neo-bizantino construida en 1895, es quizás una de las menos conocidas, pero no por eso menos impresionante. Cerrada al público desde 1957, llegó a tener un uso bastante curioso. En el período soviético pasó del completo abandono a convertirse en una pista de patinaje, según la guía de Lonely Planet. Actualmente es objeto de restauración y ha recuperado su uso religioso. El aspecto exterior de sus cúpulas doradas es especialmente llamativo visto desde el otro lado del río Nevá.

Si quieres saber como continuó el resto del trayecto por Rusia, Mongolia y China, no te pierdas estos enlaces:


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¿Cómo llegar?

En este mapa incluyo la ubicación de las cuatro iglesias. Aquí propongo el recorrido que hice para llegar a cada una. Haciendo una caminata de 1 km. aproximadamente desde la estación de metro Sadovaya de la línea 5, podemos llegar a la Catedral de San Isaac.  Podemos continuar al Templo de la Asunción caminando un par de kilómetros más, que igual vale la pena para admirar la vista desde el río Nevá.

Desde la estación Nevsky-Prospekt de la línea dos podemos llegar hasta la Iglesia de la Sangre derramada, haciendo una caminata de unos 700 metros, y por último para llegar a la Catedral de la Santa Trinidad, hasta la estación Tekhnologicheskiy Institut de las líneas 1 ó 2 e igualmente caminar unos 670 metros.

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