Quizás sea más conocida como el sitio de nacimiento de Toulouse Lautrec, pero lo cierto es que Albi, localidad francesa del departamento del Tarn en la región de Midi-Pyrénées, tiene muchos sitios de interés por conocer. Bienvenidos a la Ciudad Episcopal del Tarn o capital del ladrillo de la Occitania.

Breve historia de Albi

Albi está situada a orillas del río Tarn, en el sudoeste de Francia. Sitio de gran riqueza cultural, es también el antiguo lugar de asentamiento de los Cátaros y su doctrina “catarismo”. Este movimiento religioso se propagó y se domicilió en estas tierras hacia el siglo XIII.

Los Cátaros, también llamados “albigenses” tenían la creencia que el universo estaba regido por dos mundos enfrentados, el espiritual creado por Dios y el mundo material creado por Satán. La salvación provenía a través de la negación de las posesiones materiales. La iglesia Católica se empeñó en erradicar este movimiento con la Cruzada albigense.

Catedral de Santa Cecilia

Catedral de Santa Cecilia y casco antiguo

Como monumento dedicado a dicha cruzada, se erigió la Catedral de Santa Cecilia, construida en ladrillo rojo de estilo gótico, dominando el panorama de la ciudad. En torno a la Catedral se encuentra el casco antiguo de Albi, uno de los barrios medievales mejor conservados en el mundo. Durante siglos, prácticamente no ha sufrido modificación alguna

Es Patrimonio para la Humanidad de la Unesco desde 2010, donde también han sido reconocidos el Palacio de la Berbie (actual sede del museo de Toulouse Lautrec) y el Pont-Vieux (Puente Viejo). Entre sus estrechas callejuelas empedradas es posible hacer un viaje en el tiempo y admirar estas construcciones de ladrillo que han desafiado al tiempo.

¿Por qué el ladrillo?

Casco antiguo Albi

Después de la Cruzada albigense era de prioridad reconstruir la ciudad y el ladrillo era el principal material disponible, gracias a una gran cantidad de terrenos de marga y arcilla roja. Además, era un material bastante económico y rápido de trabajar. Se limitaba el uso de madera únicamente para las vigas y de esta forma se conseguía una forma de evitar incendios y de conseguir mejor aprovechamiento de los cimientos.

Mientras estamos acostumbrados a ver otros pueblos medievales construidos en piedra, en Albi la piedra se limita a pavimentar las calles, y sus casas de ladrillo otorgan a la ciudad un característico y homogéneo color rojo. Dependiendo de la luz y de la estación, este color puede variar entre mil matices desde el rosa al ocre.

Los cuatro barrios donde se aglomera el casco antiguo son: el Castelviel, la Rivière, el Castelnau y el Patus Cremat. Entre sus calles podemos encontrar la casa natal del renombrado artista Toulouse Lautrec.

La casa más antigua de Albi

Si observamos con detenimiento veremos que muchas de las casas ganaban un espacio de varios metros cuadrados con un voladizo hacia la calle a partir de la primera planta. Es peculiar también la visibilidad de las vigas de madera en forma de equis, y si nos acercamos lo suficiente, es posible observar las marcas de los dedos de los que fabricaron y secaron el ladrillo, apilado a veces en formas caprichosas.

Se puede recorrer al casco antiguo de varias formas, la Oficina de Turismo de Albi organiza visitas para viajeros, desde paseos a pie, en barco o en tren turístico. Puedes ver muchas más fotos de Albi en este álbum.


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¿Cómo llegar?

Es relativamente rápido llegar en coche a Albi desde Barcelona, ya que solamente las separan una distancia de 465 km, y unos 425 km desde San Sebastián. Si estás en algún otro punto más lejano de España o en otro país, la mejor opción es llegar en avión hasta el Aeropuerto Internacional de Toulouse, aunque para los más románticos también existe la posibilidad de llegar en tren hasta la estación de Albi, vía Toulouse.