Cuando estudiaba arquitectura, recibí de obsequio un libro sobre un artista austríaco al que nunca había oído nombrar: Friedensreich Hundertwasser. Al encontrarme planeando un viaje a Viena en 2009, tenía ya en mente que quería visitar al menos uno de sus famosos edificios, la Hundertwasserhaus.
A día de hoy, la Hundertwasserhaus es una de las principales atracciones para ver en Viena.
Un artista fuera de lo común
Originalmente formado como pintor, comenzó a interesarse en una forma de arquitectura en armonía con el hombre y la naturaleza. En 1977, el alcalde de Viena le dio la oportunidad de realizar un complejo residencial acorde a sus ideas. Al no ser arquitecto, el ayuntamiento contrató a Josef Krawina para que pudiera llevar sus ideas a la realidad, y fue llevado a cabo entre 1983 y 1986.
Completamente opuesto al perfil urbano de Viena, resalta este edificio lleno de colorido y líneas curvas, de superficies ondulantes, una cubierta de césped y vegetación trepando entre ventanas.
Se dice que Hundertwasser no recibió ningún beneficio económico por este proyecto. Su motivación principal fue evitar que algo “feo” se construyera en su lugar.
Me resultó curioso que siendo este complejo parte de la herencia cultural de Viena, no se haya convertido en un museo y sea habitado como cualquier edificio de apartamentos.
No debe resultar nada agradable para sus propietarios la cantidad de turistas, viajeros y curiosos que deambulan sin cesar cada día de cada año. Es el precio a pagar por vivir en un sitio emblemático.
En frente del inmueble han construido un pequeño centro comercial tratando de imitar el mismo estilo de Hundertwasser, llamado Hundertwasser Village.
¿Como llegar?
Dirección Hundertwasserhaus: Kegelgasse 36-38, 1030 Viena, Austria
Desde el aeropuerto, tomar el City Airport Train hasta la estación Landstraβe/Wien Mitte. De allí hay dos opciones, o bien caminar unos 800 metros o tomar el tranvía hasta la estación mas cercana Hetzgasse.
Buenas Ricardo he visto la imagen en la Galería y el recuerdo ha sido instantáneo.
Visité este edificio en el año 87, cuando era una niña. Recuerdo que el guía nos explicó que había sido muy polémico porque el contraste era como reconocer que Viena es gris y aburrida. A mi me encantó, gracias por recordármelo!
La verdad que no se por qué Viena tiene esa fama, es cierto que en comparación con este edificio que es una explosión de color, pueda parecerlo, pero mi sensación general sobre la ciudad fue todo lo contrario. ¡Y que bueno que mi post te haya traído buenos recuerdos!