Entre las prioridades del Plan Cerdá (el modelo seleccionado para la reforma y expansión de Barcelona que se comenzó a ejecutar en 1860), destacaba la uniformidad del proyecto: una red de manzanas trazadas por calles perpendiculares de donde surgiría una ciudad igualitaria en la que las diferencias socio económicas no serían tan palpables. Por diversas razones, este ambicioso plan se desvirtuó y no se cumplió a cabalidad.

Casa Evarist Juncosa II, actual Hotel HCC Regente

Varios factores contribuyeron a crear la Barcelona de nuestros días, ya que de manera conjunta a la ejecución del Eixample, comenzó a gestarse un espectacular desarrollo industrial y económico, a la par de acontecimientos como la Exposición Universal de 1888 y la llegada del modernismo como estilo predominante en la arquitectura y las artes.

El “Cuadrado de Oro” del Eixample

De esta forma surge el llamado “Cuadrado de Oro”, la zona delimitada entre el Paseo San Juan y la calle Aribau, la Avenida Diagonal y la Ronda Universitat, que eventualmente pasó a ser el epicentro de la nueva burguesía catalana y cuyo núcleo recayó en dos de las antiguas vías de comunicación que sobrevivieron a la retícula impuesta por el plan urbanístico: el Paseo de Gracia y Rambla Cataluña.

Uno de los grandes ejemplares modernistas de esta zona fue la Casa Evarist Juncosa II, adornando la esquina de Rambla Cataluña con la calle Valencia.

Las esquinas en chaflán de Cerdá, aplicadas para mejorar la iluminación, visibilidad y ventilación de las manzanas, se transformaron en escaparates de creaciones modernistas que competían en espectacularidad, y en este sentido la Casa Evarist Juncosa II cumplía con todos los requisitos estéticos y formales.

Un perfecto ejemplar modernista

RblaCatalunya,76-06

Construido entre 1913 y 1915 por el arquitecto Salvador Vinyals i Sabaté como encargo del propietario del terreno Evarist Juncosa Pañella, en la actualidad el edificio lo ocupa el Hotel HCC Regente.

Siguiendo los más fieles lineamientos del modernismo catalán, este edificio sigue conservando a día de hoy la fachada original de piedra y todos los elementos decorativos con los que fue dotado, incluyendo los trabajos de hierro forjado y las cristaleras.

De estilo sobrio, presenta una fachada absolutamente simétrica (otra de las características propias del estilo) de cinco plantas y tres aberturas en los bajos. El patrón de la fachada, como en todos los ejemplares modernistas, presenta una evolución coherente, que consta de una base, un desarrollo y un remate.

Recepción y detalle de cristalera

Comenzando en la planta principal con un balcón central cerrado y dos abiertos a los laterales, continúa hacia arriba estilizándose, de forma que en la segunda planta el balcón se libera de cerramientos y a medida que se sigue subiendo se simplifica la fachada hasta llegar al remate, al tiempo que rompe con la uniformidad de la simetría.

Lamentablemente, el remate original ha desaparecido y se desconoce como era, sin embargo en la planta superior del hotel se agregaron dos plantas adicionales y allí se ubica una de las terrazas con las mejores vistas panorámicas hacia la Rambla de Cataluña y Barcelona.

Terraza del Hotel HCC Regente

En mi opinión, una de las mayores bondades del modernismo, aparte de su estética, es la manera de cómo se puede leer una fachada arquitectónica como si se tratase de un relato y sin lugar a dudas, la Casa Evarist Juncosa II es un gran ejemplo de ello.




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Crédito de las imágenes: Barcelona Modernista i singular

¿Cómo llegar?

La dirección es: Rambla Catalunya 76, Barcelona – 08008