Centro Pompidou, Paris

Centro Pompidou, Paris. Foto: Ricardo Ramírez

Es curioso como algunos de los monumentos más visitados y queridos de París de la actualidad, fueron objeto de escarnio público y desaprobación generalizada, como lo fue la Torre Eiffel al momento de su inauguración. Otro de los ejemplos más recientes es el afamado Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, que en su momento generó bastantes polémicas tanto por su estilo como por su ubicación.

Breve historia del Centro Pompidou

A sus 36 años, el Centro Pompidou se exhibe hoy orgulloso como el emblema del barrio de Les Halles, pero a comienzos de la década de 1970, este barrio presentaba ciertos signos de decaimiento.

Para revitalizar la zona el entonces presidente de Francia, Georges Pompidou, impulsó la apertura de un concurso de arquitectura para un ambicioso museo de arte contemporáneo que igualmente fuese biblioteca y centro cívico.

El ganador fue este arriesgado proyecto firmado por los jóvenes arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers, que en aquel entonces promediaban 36 años, la edad actual del museo.

Centro Pompidou, Paris

Foto: Ricardo Ramírez

Un proyecto polémico

¿Pero por qué tanta polémica? Hoy en día quizás no cause tanta impresión, pero en su momento, el Centro Pompidou se podía considerar como un verdadero rebelde. De apariencia transgresora y radical, este edificio fue uno de los primeros en mostrar un estilo claramente High Tech, como si se tratase de un meccano a escala monumental.

Se inspira en la arquitectura de Mies Van Der Rohe en su diseño racionalista y en Archigram, un grupo de arquitectos creado en la década de 1960 que basaron su movimiento en una estética futurista, interesados en la tecnología punta y la sociedad del consumismo.

Relación con el entorno

La relación con el entorno fue controversial al crearse un contraste enorme con las fachadas clásicas circundantes, que por un lado buscaban realzar la estética con una decoración prominente.

Por otro lado, buscaba realzar la función del edificio, excluyendo del interior todo el esqueleto y llevando hacia fuera la estructura y las instalaciones, como si se hubiese sacado las tripas y hubiese dejado su interior vacío. 

Justamente esta premisa era una de las más importantes, si bien sus fachadas exteriores son una maraña de tubos, tensores, conductos y varios colores, el interior es diáfano y estaba pensado como un contenedor vacío, listo para exhibir prácticamente cualquier cosa, cumpliendo a cabalidad su función como centro de arte contemporáneo.

Centro Pompidou, Paris

Foto: Ricardo Ramírez

Cada uno de estos elementos está identificado con un color especial, el azul para conductos de climatización, rojo para la circulación de personas, amarillo para la electricidad, verde para instalaciones de agua y blanco para las tomas de aire. El elemento principal de su fachada principal y que rompe con el ritmo, es la enorme escalera roja que la recorre en diagonal.

Centro Pompidou, Paris

Foto: Ricardo Ramírez

La plaza inclinada del Pompidou igualmente es una parte importante del mismo, actuando como una extensión del edificio en el sentido que en ella se desarrollan actividades relativas al centro y la vida que se respira en ella es tan ecléctica como la relación que existe entre el centro y el barrio.

Los límites del museo vienen dados por unos enormes tubos de ventilación que se asemejan a los de un trasatlántico y ya forman parte inconfundible del paisaje.

Centro Pompidou

Foto: Ricardo Ramírez

Visitar París y conocer el Pompidou es de carácter obligatorio, no en vano es el quinto monumento más visitado de París y uno de los centros de arte más importantes del mundo, más allá de sus virtudes arquitectónicas. 




Booking.com

¿Cómo llegar?

Visita otros museos de París