El Reichstag de Berlín está irremediablemente ligado a la historia de la ciudad. Comienza a construirse en 1884 por el arquitecto Paul Wallot por la necesidad de tener un edificio que albergara el Parlamento del Imperio Alemán. Completado en 1894, el edificio fue muy aclamado por la cúpula de cristal y acero que remataba la cubierta, incluso más alta que la cúpula actual, una gran obra de ingeniería para la época.
En el año 1933, durante el régimen Nacional Socialista, se genera un incendio de dudosas circunstancias que lo deja en condiciones lamentables, el Parlamento se muda convenientemente y ya no sería usado para futuras sesiones. Durante la Segunda Guerra Mundial, después de sucesivos bombardeos, su deterioro se fue acrecentando, así como su uso.
Al culminar la guerra, la capital de Alemania occidental se trasladaría a Bonn, perdiendo de esta forma su uso como Parlamento, aún así se decidió por restaurar el edificio. Paul Baumgarten sería el encargado de su reconstrucción entre 1961 y 1964. Con la reunificación alemana en 1990 eventualmente Berlín volvería a ser la capital alemana y como consecuencia el Reichstag se convertía en objeto de debate sobre su futuro.
Reconstrucción del Reichstag
En 1992 se abre otro concurso para la reconstrucción del edificio, Norman Foster sería el escogido para su ejecución. Su proyecto parte de cuatro premisas principales: el significado del Bundestag como foro democrático, el compromiso con la accesibilidad pública, el respeto por su historia y la sostenibilidad.
De esta forma es evidente que la transparencia es lo que evoca este proyecto, el único acceso al edificio es común para políticos y el público en general. De hecho, desde la primera planta es posible observar a través de un cristal las sesiones del Parlamento. Foster decidió respetar la estructura original del edificio, sin embargo todo su interior fue modificado y la adición de la nueva cúpula es el eje principal de la renovación.
El proyecto original de Foster no incluía ninguna cúpula, sin embargo a pesar de ser escogido como el encargado para la reforma, su proyecto no convencía y tuvo que ceder ante la opinión pública y cambiar el diseño hacia una cúpula transitable que finalmente fue aprobado.
El proyecto de Norman Foster
La estructura de acero y cristal tiene un diámetro de cuarenta metros, una altura de veintitrés metros y medio y un peso de ochocientas toneladas soportadas por doce columnas de hormigón armado. El caparazón está compuesto por veinticuatro perfiles de acero a intervalos de quince grados y cubierto por más de tres mil metros cuadrados de cristal.
Hacia la parte superior de la cúpula se encuentra una plataforma de observación a cuarenta metros del suelo, accesible a través de dos rampas, una para subir y la otra para bajar, que están colocadas en el perímetro circular de la cúpula.
Ahora bien, la parte más interesante de la cúpula viene siendo el cono invertido que parte desde lo alto de la plataforma culminando en un círculo de dos metros y medio que corona la sala de plenos, dotándola de luz natural indirecta. El aire usado es canalizado por dentro del embudo y expulsado al exterior por medio de una abertura en lo alto de la cúpula.
Un edificio sostenible
La reforma de Foster cumple las funciones requeridas sobre el tema medioambiental, siento este fundamental en las bases de la obra. El sistema de calefacción y suministro energético es una combinación de energía solar, utilización de reservas de agua para calentar o enfriar el edificio y de ventilación mecánica, de esta forma el Reichstag es autosuficiente en un 82% e incluso suple de energía a otros edificios públicos vecinos, convirtiéndose en un ejemplo de arquitectura sostenible.
Desde su inauguración en 1999, la cúpula del Reichstag se ha convertido en un símbolo y punto de referencia para Berlín y Alemania, actualmente es el segundo monumento más visitado en el país, siendo el primero la Catedral de Colonia.
Desde su plataforma superior y desde el tejado del propio Parlamento es posible tener una vista de 360º de Berlín. La entrada es gratuita, el único requisito a completar es una exhaustiva revisión de seguridad. El horario de entrada es de 8:00 hasta las 22:00, hay que tomar en cuenta que la colas para entrar suelen ser bastante largas, en mi caso algo más de una hora.
¡Muchas más fotos en mi página de Flickr aquí!
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¿Cómo llegar?
Tomando la línea S-Bahn (sistema de trenes urbanos y de cercanías, distinto a la línea U-Bahn de metro) llegar a la estación Brandemburger Tor (S1 y S2) y de allí hacer una caminata de unos 600 metros por la avenida Unter den Linden, pasando por la Puerta de Brandemburgo.
Aquí nos encontramos delante del Tiergarten y desde ahí ya se puede divisar el Reichstag. Otra opción es tomar la línea U55 que conecta la estación de trenes (Berlin Hauptbahnhof) con Brandemburger Tor y bajar en la estación intermedia Bundestag.
BERLIN UNIFICADO, Y QUE BONITO ES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Interesante reseña, pero por favor, cambie la foto que hace referencia a como quedo despues del incendio de 1933.
La foto es de postguerra, quizas entre 1945 y 1948. Se aprecian claramente los infinitos impactos de proyectiles en sus fachadas asi como construcciones fortificadas frente a la entrada que se erigieron durante la guerra.
Creo que mejor quedaria el pie de foto como “Ruinas del Reichstag tras la batalla de Berlin”
Un saludo
Gracias por tu mensaje y a contribuir a un contenido más veraz. ¡Saludos!